Huelga en Cafetlán. Mayo 2008

Huelga en Cafetlán. Mayo 2008
"Arrogante barquito en el extremo baldío de mi soledad"

miércoles, 28 de enero de 2009

Fotos del 2 de noviembre de 2008



















LES INFORMAMOS:

1. Levantamos el plantón el 2 de noviembre.
2. La huelga sigue.
3. nos organizamos en cooperativa, porque pretendemos AUTOGESTIÓN y TRABAJO DIGNO.
4. desde hace 2 semanas, abrimos el Café Victoria, en el mercado La Paz, en el centro de Tlalpan.

Estamos todos los días de la semana, de 8 a.m. a 10.30 p.m.

Tostamos, molemos y vendemos café a granel ($90 pesos el kilo).

También servimos americano, expresso, capuchino, lechero, árabe, etc.
Además, hacemos panqués de frutas con licor (piña, mango, fresa, zarzamora, manzana, durazno, chocolate y café).
Si les late algo fresco: hay naranjadas y limonadas, frapés, malteadas y refrescos de la Boing.
Pa comer salado: baguets de jamón y queso con ensalada u hojaldres de verduras poblanas.

El precio es harto accesible. Cáiganle, a ver qué les parece. Está sobre Victoria, y pueden llegar caminando de Insurgentes Sur (a la altura del metrobús Fuentes Brotantes), por San Fernando o por Tlalpan.

Próximamente, la fiesta de inauguración. Y más sorpresas.

L@s esperamos.

Cooperativa Eskina Victoria, antes Colectivo de Trabajadores de Cafetán en Huelga


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Huelga en esquina Victoria

Huelga en esquina Victoria

Notas después de una lectura a "El desacuerdo" de Jacques Ranciere

En el orden policiaco el mundo del trabajo se presupone privado. El trabajo se regula por un individuo que pone condiciones que otros aceptan o rechazan. Los trabajadores son sujetos que no existen ante otro; no existen a propósito de un objeto común igualmente inexistente.

Se presupone que el hecho de que los trabajadores hablen no tiene relación con el de que trabajen... No ven, en consecuencia, de qué manera la parte recibida por un obrero con el nombre de salario podría convertirse en un asunto de la comunidad, en el objeto de una discusión pública.

El sujeto obrero que se hace contar en el espacio público como interlocutor debe hacer como sí el escenario existiese, como si hubiera un mundo común de argumentación, lo que es eminentemente irrazonable, eminentemente sensato y resueltamente subversivo, porque ese mundo no existe.