Huelga en Cafetlán. Mayo 2008

Huelga en Cafetlán. Mayo 2008
"Arrogante barquito en el extremo baldío de mi soledad"

jueves, 5 de junio de 2008

Café, gente y Cándido Portinari


Nomás porque la H. Mi-misión Autónoma de Comunicación ya se aburrió de las mismas estampas y fotos de huelga (que como podrán observar tienen poca gente en su interior... no tenemos cámara para andar pescando huelguistas de por sí tímidxs y) se autoasignó, como suele hacer, la tarea de buscar una imagen alusiva a algo, digo a algo tipo huelga o tipo café...en la que sí hubiera gente y como el tipo huelga ya se había visto un poco choteado buscó algo tipo café que no fuera una taza, ni una cafetería... y así buscó... con poco ahínco, y rápidamente encontró la siguiente imagen de Cándido Portinari (brasileiro), para deleite de lxs asiduxs (y quizás ya aburridxs) visitantes a la página. Lxs primerizxs se extrañarán, pero si revisan con empeño nuestra historia, quizás entenderán. Los invitamos a sumergirse en el archivo.

Conocidxs, cercanxs, amigxs y gente que dice que la autogestión rifa y también el trabajo digno cooperativo: seguimos en campaña, consiguiendo dinero. Se vale aportar desde 5 pesos.

Somos el único lugar en la ciudad en el que se sirve café americano las 24 horas que no es de Slim, no es un VIPS y --últimadamente-- de nadie es

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Huelga en esquina Victoria

Huelga en esquina Victoria

Notas después de una lectura a "El desacuerdo" de Jacques Ranciere

En el orden policiaco el mundo del trabajo se presupone privado. El trabajo se regula por un individuo que pone condiciones que otros aceptan o rechazan. Los trabajadores son sujetos que no existen ante otro; no existen a propósito de un objeto común igualmente inexistente.

Se presupone que el hecho de que los trabajadores hablen no tiene relación con el de que trabajen... No ven, en consecuencia, de qué manera la parte recibida por un obrero con el nombre de salario podría convertirse en un asunto de la comunidad, en el objeto de una discusión pública.

El sujeto obrero que se hace contar en el espacio público como interlocutor debe hacer como sí el escenario existiese, como si hubiera un mundo común de argumentación, lo que es eminentemente irrazonable, eminentemente sensato y resueltamente subversivo, porque ese mundo no existe.